jueves 30 diciembre de 2021
Es importante concientizar sobre el impacto negativo que tiene el uso de la pirotecnia sobre las personas, los animales y el medio ambiente.
A pesar que en los últimos años se ha registrado una disminución en la utilización de fuegos artificiales gracias a las distintas campañas de concientización llevadas adelante por instituciones gubernamentales y ONGs, es importante desalentar su uso para evitar daños a la salud de las personas, la propiedad privada y el medio ambiente.
El uso de la pirotecnia puede provocar consecuencias irreversibles en quienes la manipulan y su entorno. Por eso resulta necesario no subestimar los riesgos y extremar las precauciones hasta incluso de las personas que no manipulan los artefactos explosivos, ya que muchas veces son los más perjudicados por el lanzamiento fuegos de artificio o bombas.
Es importante instar a los distintos actores de la sociedad civil, desde instituciones gubernamentales hasta asociaciones sin fines de lucro a generar iniciativas para detener el uso comercial de la pirotecnia. Uno de los ejemplos a seguir en nuestro país es el de la ciudad de Ushuaia (Tierra del Fuego), que a través de una ordenanza sancionada en 1992 y aún vigente, prohibió la tenencia, fabricación, comercialización, depósito y venta al público mayorista y minorista de uso de todo elemento de pirotecnia y cohetería. A partir de esa iniciativa pionera, algunas provincias y localidades legislaron en el mismo sentido.
Todo artefacto pirotécnico es peligroso, sea vendido legal o ilegalmente, sobre todo cuando contiene pólvora, por lo que su manipulación puede provocar quemaduras, lesiones graves e incluso mutilaciones.
Según estimaciones el uso de pirotecnia, incluyendo aquella de tipo deflagrante o que solo emite luz, incrementa en un 30% el riesgo de incendios, sobre todo, cuando estos artefactos se utilizan sin precaución y en espacios cerrados, donde hay materiales inflamables.
En muchos lugares, la venta o exhibición de pirotécnicos al público está totalmente prohibida en calles, plazas y mercados, al igual que su compra y almacenaje. Tanto vendedor como comprador son partícipes de una infracción o delito. Para estos casos, hay sanciones pecuniarias y penales.
Los juegos pirotécnicos y fuegos artificiales están hechos con compuestos tóxicos y liberan gases contaminantes, como el monóxido de carbono, que daña la atmósfera. Su disipación incluso puede demorar entre dos y tres días. Además, generan partículas que afectan la calidad del aire local.
El sonido estruendoso y la deflagración de estos productos provocan nerviosismo, estrés, desorientación y lesiones en animales domésticos y silvestres, generando su huida. Además, los hace pasibles a sufrir daño auditivo, temblores, aturdimiento y miedo.
Los niños con condición del espectro autista tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general, es decir, perciben los ruidos de manera aumentada. Por ello, los estruendos provocados por los pirotécnicos les generan un alto nivel de ansiedad, estrés, tensión y episodios de crisis.
Las fiestas son seguras solo si se prescinde de pirotecnia. Si aún decidís comprarla tené presente que:
Disfrutá de esta Navidad y el Año Nuevo sin usar pirotecnia.
#SiempreJuntoAVos
#PirotecniaCero